Llegamos a China un día Domingo en la mañana, pasamos por la aduana, y fuimos a buscar nuestras maletas. Mi maleta y las de varios más, demoraron como 20 minutos en aparecer, algunas no llegaron (llegaron al día siguiente junto con los que se quedaron en Frankfurt). Luego nos reunimos afuera del aeropuerto donde nos esperaba un bus para llevarnos a la ciudad.
Hacía caleta de frío. Las temperaturas oscilaban entre -10 y 0°C (-6°C promedio). Las calles eran gigantes, llenas de autos (mucho tráfico), habían audi y VW por todos lados. Los edificios todos nuevos y de diseño bacan.
Por el atraso que llevabamos, nos fuimos directo a la plaza Tiananmen y Ciudad Prohibida. Yo andaba con la misma ropa de hace 2 días: short y polera, ya que en el programa, supuestamente, ibamos a pasar al hotel y a almorzar antes de hacer las actividades. Me puse mi polar y encima mi polerón. Soy bueno tolerando el frío pero no el calor, así que soporte el frío sin problemas. Durante el viaje, la guía nos contaba cosas acerca de Beijing, como por ejemplo, que las autopistas estaban organizadas como 6 anillos que rodeaban toda la ciudad, y así se podía llegar rápidamente a cualquier lado. También que tenía 15 millones de habitantes. También nos habló sobre la historia de la Ciudad Prohibida.
Al bajarnos nos fotografiamos frente a un templo budista y luego en la plaza Tiannamen, que estaba llena de chinos que nos ofrecían sus productos, incluyendo guantes y gorros comunistas para el frío. También nos fotografiamos con un monumento que nadie conocía su significado, y una foto grupal frente a la Cudad Prohíbida (hasta los chinos nos fotografiaban).
Nos dieron a cada uno una tarjeta o papel con el nombre y dirección del hotel por si nos perdíamos. Así sólo tendríamos que mostrarsela a alguien, o a un taxista.
Varios chinos durante todo el paseo me apuntaban con el dedo y se reían de mí, y me preguntaban si tenía frío (por estar con short). Algunos compañeros se alejaron para sacarse fotos y finalmente se perdieron, ya que no los podíamos esperar porque las puertas de la Ciudad Prohibida cerraban a las 15.30. Así que sólo entramos los que estabamos.
Algunos fuimos al baño antes de entrar a la Ciudad Prohibida: mi primer contacto con un baño chino, que consitía en una especie de WC en el suelo sobre una canaleta (odiado por las mujeres).
Por dentro, la Ciudad Prohibida era gigante, a los costados tenía unos jardines y otros palacios, también gigantes, pero debíamos cruzar en línea recta porque estaría el bus esperándonos en una hora en la otra salida.
A la salida contemplamos el pozo congelado que la rodeaba, y mientras caminabamos al bus, una china me persiguió 4 cuadras ofreciéndome sus productos, que yo no quería comprar, pero no aceptaba un no como respuesta. Al final logré liberarme de la china.
Luego tomamos el bus y partimos hacia el Silk Market o Mercado de la Seda, también conocido como "Copy Market", ya que era el lugar donde vendían los productos sin copyrights, es decir, weas piratas. Por dentro consistía en 5-6 pisos llenos de locales, tipo persa, donde vendían todo tipo de productos, principalmente ropa, artesanías, maletas y productos electrónicos. También comida.
Tuvimos que aprender a negociar con los chinos, ofreciéndoles no más del 20% de lo que nos cobraban. Para comunicarnos teníamos que hacerlo a través de señas y digitando los números en calculadoras. En algunas oportunidades los chinos perdían la paciencia y se ponían violentos, echando la foca e incluso golpeando. El Carlos fue víctima repetidas veces de la violencia de las chinas, pero a la vez era el que más se las cagaba logrando buenos precios en las negociaciones.
Compramos poleras deportivas dry fit, unas chaquetas nike, poleras bilabong, poleras de equipos de fútbol, zapatillas, una maleta, artesanías como abanicos y unos papiros, etc.
Habíamos quedado de juntarnos a cierta hora, pero todos querían seguir comprando, así que nos dijeron que podíamos hacerlo pero nos ibamos por nuestra cuenta al hotel.
Cuando decidimos irnos, paramos a un taxista y le mostramos nuestro papel con la dirección, sin embargo, estaba mal cortado y no se podía leer. El taxista llamo a un número que se veía y luego partió. En todo momento no sabíamos donde estabamos, ya que la ciudad era gigante y ya era de noche. El viaje duró como 40 minutos, creyendo que nos iban a cobrar super caro. Mientras manejaba el taxista sacaba una botella y se ponía a tomar copete. Finalmente llegamos al hotel, pagamos una cuenta de alrededor de 2 lucas chilenas, bastante barato. Antes de bajarnos se subió un chino al taxi y nos llenó de trajetas que creímos que eran de taxista, pero al verlas después cachamos que eran de prostitutas chinas o "massage girls".
Llegamos a nuestra habitación, en una de las torres del hotel, y vimos televisión china (TV marca changchong). Luego nos abrigamos y fuimos a comer. Llegamos a un Kentucky Fried Chicken cercano al hotel y pedimos unas hamburguesas. La del Carlos era de pescado y la mía era de pollo picante, ni siquiera la comida rápida es normal en China.
Luego volvimos y nos dormimos cansados de tan largo día y bajo el efecto del jet lag.
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