jueves, 10 de abril de 2008

Hanoi. Templo de la Literatura, Mausoleo Ho Chi Minh, Restoran, Museo Armas, Marionetas sobre el agua, Compras en Hanoi. Sábado 26 de Enero 2008

Segundo día en Hanoi. Nos dejaron dormir un poco más ese día, debido al carrete del día anterior. Esta vez si tomamos desayuno, ya que encontramos el restoran en el último piso del hotel.

Tomamos el bus para ir al Mausoleo de Ho Chi Minh, lugar donde se encontraba el cádaver de Ho Chi Minh embalsamado. Al llegar nos advirtieron que no podriamos entrar con artículos electrónicos, como cámaras y celular, ni tampoco con botellas con agua.


Nos bajamos y tuvimos que formarnos en fila para entrar. Primero para pasar por un detector de metales y por rayos X. Yo tenía mi botella de agua que me tuve que tomar al seco antes de llegar al control. Quienes no habían cumplido sus advertencias debían dejar sus artículos en una custodia.

Seguimos avanzando, todos formados en dos filas paralelas y escoltados por soldados con metralleta. El mausoleo estaba rodeado de un gran parque, con grandes extensiones de pasto, árboles bonsai y de mandarinas y pomelos.

Finalmente entramos al mausoleo y llegamos a la cripta donde estaba el cádaver dentro de una cúpula de vidrio, parecía un muñeco de cera. Estaba rodeado por un foso lleno de soldados .armados.

Luego salimos y pasamos nuevamente por la custodia. En seguida nos llevaron a conocer la casa y el auto de Ho Chi Minh cuando era pobre, la casa de montaña de Ho Chi Minh, con palafitos para los tiempos de inundaciones, y el palacio de Ho Chi Minh, cuando ya era el gobernante. este sector estaba lleno de jardines muy bien trabajados, pavos reales enjaulados, y una laguna con peces naranjos.

Saliendo había gran cantidad de tiendas para los turistas, donde me compré muchos gorros por $500 o luca cada uno.

Volvimos al bus y nos dirigimos al Templo de la Literatura, la primera universidad de Vietnam. Por dentro me recordó a la Ciudad Prohibida, pero en miniatura. Estaba llena de gringos sacándose fotos y comprando recuerdos.




Tenía grandes jardines, con piletas llenas de flores de loto podridas, árboles bonsai de todas las formas posibles, estatuas de demonios y tiendas de recuerdos. Algunos sectores estaban decorados con plantas de bambú, que parecien ser marihuana, por el parecido de las hojas.


Habían unas tortugas que cargaban unas tablas de piedra, en que los vietnamitas tallaban las notas de los estudiantes. Eligieron a la tortuga para cargar las notas por su sabiduría.



Finalmente llegamos a un templo, lleno de estatuas de madera de apariencia extraña, y humo de incienso. Afuera del templo habían tiendas donde vendían recuerdos y cosas típicas de Vietnam, como productos de seda. Una vietnamita quizó venderme una bata de seda por US$100 y le dije altiro que no. Cuando volví a pasar me la ofreció por $50. Más adelante las encontraría por $30, pero no compré. Otra razón más para desconfiar de los vietnamitas.
Cuando volviamos todos estaban maravillados por los últimos acontecimientos, y la belleza de Vietnam. Lavín comparó a China con EEUU mientras alababa la cultura vietnamita, y Yun-tso Lee picao respondió: "nosotros le enseñamos a leer a estos weones!". A la salida, una vietnamita me vendió 3 poleras bordadas por 3 lucas.



Después nos dirigimos a almorzar, a otro restoran invitados por el embajador. Lavín y Yun-tso Lee se fueron en una moto arrendada por Yun-tso Lee, siguiendo el bus y metidos entre el tráfico de Hanoi. A medida que avanzabamos, las casas eran más grandes y bonitas, así que suponiamos estar en un barrio cuico de Hanoi.

Llegamos a un restoran escondido en un hoyo, y detrás de unas casas, en un camino de tierra al lado de otro lago. Pero por dentro era bacan: tenía un foso lleno de flores, un puente y estatuas de madera, adentro teniamos comida buffet, y habían vietnamitas celebrando el año nuevo chino.



Probé algunas comidas vietnamitas, pero nuevamente preferí comer más pizza y tallarines con salsa de tomate (2 platos), luego me comí 2 platos más de postres. Ya estaba chato de las comidas raras, y extrañaba la comida chilena. Durante la comida nos dieron un vino (malo) y bebidas.

Con la guata llena, me pare a caminar un rato. Sacamos algunas fotografías por los alrededores, y luego nos juntamos para ir a otra actividad.




En el camino de vuelta, Yun-tso Lee y Arellano se vinieron en la moto. Parecían un par de maricones, ya que Arellano asustado, abrazaba a Yun-tso Lee, y éste trataba de asustarlo más. Mientras nos seguían nos burlabamos y les lanzabamos cosas desde el bus.

Llegamos al Museo de las Armas. El museo más bacan de los que fuimos. Por fuera estaba lleno de camiones, aviones, cañones, y desechos de la Guerra de Vietnam vs EEUU. Nos fotgrafiamos con todo el armamento. Por dentro había un tanque, autos, y gran cantidad de material sobre la guerra (comparando, el museo de la guerra del opio era una mierda). A la salida me tomé una cerveza y me compré una polera de Hanoi y otros gorros.






Después, fuimos a ver el show de Marionetas sobre el Agua. Consistía en una pileta llena de agua verde, sobre la que se movían unas marionetas que se agarraban a mocha y recreaban la historia de Vietnam, con fuego y humo incluido. Por detrás había una casa donde estaban escondidos los tipos que las movían. Al lado había un grupo de música en vivo que acompañaba la acción del show. Fue super fome, todos dormían o bostezaban. Luego de 1 hora, por fin terminó.



Cuando nos ibamos Lavín pidió algunos voluntarios para ir a comer Cobra, pero yo y el Carlos decidimos recorrer Hanoi e ir a hacer más compras.

Estuvimos en el centro de Hanoi por largo rato. Primero en una zona donde vendían melateas y zapatillas. Compramos una maleta para llevar las cosas que compraramos, y el Carlos se compró unas zapatillas. Luego estafaría a una vietnamita con un gorro y polera a muy bajo precio. A veces encontrabamos buenos negocios a los que queriamos volver después, pero era sumamente complicado debido a que las calles de Hanoi no son ordenadas en cuadrados como en Chile, sino que pueden ir en cualquier dirección. Varias veces tuvimos que pedirle indicaciones a la vietnamita de las zapatillas acerca de dónde poder comprar chaquetas y poleras.

Llegamos a una tienda llamada "Made in Vietnam", donde vendían parkas North face bacanes. Antes de ir a China fui al mall en Concepción, y en la tienda North Face todo era hecho en Vietnam, así que nos aguantamos hasta llegar a Vietnam para comprarnos parkas y no nos equivocamos. Inmediatamente nos compramos las parkas.

Todavía nos faltaban las poleras, y el Carlos estaba desesperado porque ya no le quedaban poleras limpias. Caminamos cuadras y cuadras, incluso en círculos buscando tiendas, pero la mayoría estaban cerrando o no encontrabamos lo que buscabamos. Mientras caminaba no paraba de tirarme peos (por la caminata y por haber comido tanto al almuerzo). Nos metimos a una calle peatonal llena de gente, que al final decidimos evitar para que no nos asaltaran. En otra parte se acerco un niño con una cajita con inciensos ofreciéndome marihuana, decía: "do you want marihuana? do you want marihuana?!!".

Finalmente paramos un taxi para que nos diera unas vueltas por el centro. Cada vez que el Carlos veía una tienda, paraba al taxi y se bajaba corriendo a comprar. En una de esas situaciones, me tiré 2 peos nefastos, estando solo con el taxista. El olor hasta para mí era asqueroso, y el taxista tosía y tenía arcadas, mientras yo estaba cagado de la risa. Incluso tuvo que abrir la ventana. Cuando volvió el Carlos, lo primero que exclamo fue: "quién se cagó!!!". Yo no pude parar de reir en harto rato, mientras el taxista seguia tosiendo y sacando la cabeza por la ventana.

Ya estabamos chatos de dar vueltas y le deciamos al taxista que nos llevara a nuestro hotel: SUNNY HOTEL. Después de dar caleta de vueltas por lugares desconocidos para nosotros, llegamos a un Suni hotel o algo similar, nosotros le deciamos que no, y le mostrabamos la tarjeta. El taxista decíua: aaahhhhh si si. Después de otro montón de tiempo, estuvimos metidos en unas calles super chicas y llenas de gente, y el taxista tocaba la bocina y hacía correrse a todos. No paraba nunca de tocar la bocina. Luego de un rato llegamos al Sunny Hotel, pero no era el nuestro, tenía el mismo nombre pero no era el nuestro! Le mostramos un mapa que había en la tarjeta, y finalmente, después de una hora de viaje o más, llegamos a nuestro hotel. Cuando nos ibamos a bajar me volví a cagar y mientras me reía el Carlos me golpeaba. La cuenta sólo era de 100 dong, 3 lucas chilenas, pero el taxista nos quería cagar cobrándonos 100 a cada uno. Al final sólo le pagamos 120. Después supusimos que la actitud del taxista fue una represalia o compensación por haberme cagado en su taxi.



Agotados de tanto caminar, sólo queriamos llegar a nuestra habitación e ir al baño. El Carlos me cagó y llegó primero que yo, pero después de mi turno nadie más pudo ocuparlo esa noche.

Después de eso me tome unos copetes y me dormí.

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